08 Abr 2020
abril 8, 2020

CONFINAMIENTO

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Nuestro perito sicologo Pablo hace un articulo sobre el confinamiento

 

El dolor invisible durante el aislamiento

El ser humano es un animal social por naturaleza. Desde el origen de su historia evolutiva y hasta nuestros días, siempre lo ha sido. Hay razones casi instintivas que nos impulsan a buscar la compañía de otros: primero para multiplicar nuestras probabilidades de supervivencia ante un entorno hostil, aunque después irían añadiéndose otras motivaciones mucho más profundas, una vez la supervivencia estaba más o menos garantizada.

Pero lo que tienen en común varias de estas motivaciones es un factor muy concreto y a la vez muy diversificado, que en cierto sentido también responde a las ansias de autoconservación del ser humano. Ese factor es la salud mental. Y es que el contacto cercano con otras personas salvaguarda nuestra salud mental de un modo innegable.

¿Qué puede ocurrir si este contacto se ve súbitamente interrumpido por un acontecimiento externo como el que estamos viviendo estas semanas recientes, en las que nos vemos forzados a un aislamiento social? Cada persona lo vive de una manera distinta, naturalmente, pero de nuevo podemos encontrar elementos comunes, puesto que todos formamos parte de una misma especie y eso hace que algunas de nuestras reacciones y respuestas situacionales guarden ciertas similitudes aunque no sean exactamente idénticas.

Los patrones más habituales son la merma y pérdida progresiva de nuestros recursos mentales para afrontar esa soledad, que además no es deseada, sino impuesta por circunstancias que escapan a nuestro control. Esto último, además, genera indefensión en el individuo, al percibirse incapaz de cambiar la situación que vive y arrastrado por ella. El contacto humano ha sido esencial a lo largo de nuestra historia, y sigue siéndolo ahora. De hecho, es en estas situaciones cuando más necesario se vuelve.

Aislarnos puede salvarnos de una infección, pero no de las consecuencias igual de nocivas que puede tener dicho aislamiento sobre nuestra salud mental. Y cuando termine el aislamiento forzado que hoy vivimos, tal vez haya que atender ese otro aspecto de la salud humana que ahora ha quedado relegado a segundo plano.

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