20 Nov 2018
noviembre 20, 2018

QUÉ ES LA AVERÍA GRUESA

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Es también denominada General Average, por ser en el mundo marino donde más se utiliza

 

La avería gruesa es cuando se hace una acción para salvar más de lo que se va a destruir. Por ejemplo, imaginemos un bombero que cuando entra en una vivienda que está quemándose tira por la ventana una bombona de butano; la bombona puede que quede inservible pero el acto en sí ha salvado o aminorado el siniestro. Aunque en estos casos no se le llama «avería gruesa», el ejemplo sirve a modo ilustrativo.

Volvamos al mundo marítimo; antes de entrar en la averia gruesa merece la pena comentar lo que se conocen por las Reglas de York Amberes. Son unas normas adoptadas por las partes en un contrato maritimo y revisadas por el comité marítimo internacional, es decir forman parte de los contratos marítimos. Hablan de la liquidación por el salvamento, de los intereses de demora, etc.

En el caso de la averia gruesa las Reglas de York Amberes manifiestan:

Existe un acto de avería gruesa cuando se ha efectuado o contraído, intencional y razonablemente, algún sacrificio o gasto extraordinario para la seguridad común, con el objeto de preservar de un peligro a los bienes comprometidos en una expedición marítima.”

Es decir, tiene que existir un peligro real, un bien común una voluntariedad del acto, un resultado útil, un hecho extraordinario. Debe de ser algo especial y es el capitán del barco quien toma la decisión.

 

Por ejemplo imaginemos un barco portacontenedores que un contenedor se incendie, si el capitán del barco da orden de echar por la borda el contenedor incendiado para salvar el resto de la carga. Nos encontramos ante un caso de libro de averia gruesa.

Ahora bien, ¿quién se debe de hacer cargo del valor de este contenedor? esto es curioso, lo que dice el Código de Comercio y coincide su filosofía  con una practica milenaria que se utilizaba en China, cuando se trasportaban mercancías por el Río Amarillo. El procedimiento era que si bajaban por ejemplo 20 barcos, cada comerciante entregaba un veinteavo de la carga a cada barco, es decir, repartía la carga de forma proporcional. Si de los 20 barcos naufragaban la mitad, llegaba por lo menos la mitad de todas las mercancías y de esta manera los comerciantes no se arruinaban y todos los comerciantes se hacían cargo de los daños. Es decir, es una forma de trasladar el riesgo al conjunto y de esta manera de aminorarlo.En el fondo es el inicio del mundo asegurador.

Pues bien, el Código de Comercio en su articulo 812 y la regla D dicen:

A satisfacer el importe de las averías gruesas o comunes contribuirán todos los interesados en el buque y cargamento existente en el tiempo de concurrir la avería” y “Cuando el acontecimiento que motivó el sacrificio o el gasto haya sido consecuencia de una falta cometida por una de las partes comprometidas en la aventura, subsistirá la obligación de contribuir; pero ello sin perjuicio de las acciones o medios de defensa que puedan afectar a dicha parte por tal falta”.

 

Hay algo que se suele confundir: «avería gruesa» con «avería grande» y no tiene por qué ser asi. No depende de la cuantia.

En la averia gruesa interviene un profesional que se llama liquidador de averías. El liquidador es un profesional que hace las funciones de perito pero es que además de evaluar los daños los encaja dentro de las coberturas de las polizas o de los club de aseguramiento marítimos, además de todo esto, califica el hecho en avería gruesa o no.En algunos casos tiene la potestad de ser el quien abone o pague mediante cheque a los afectados.

La figura de liquidador de averias es una figura que algunas compañías lo han utilizado en el mundo no marítimo. De hecho hay una película canadiense que se llama El liquidador. Es una figura que hemos trabajado y lo primero que nos dábamos cuenta que si el profesional que realiza las labores de liquidador tiene experiencia los siniestros se cerraban al momento.

Recuerdo cuando trabajabámos para un banco, peritando una poliza ganadera, íbamos con algo parecido a un libro de cheques, o por lo menos esa era la función; se llegaba a un acuerdo con el ganadero y después del acuerdo firmábamos ambas partes la cantidad acordada, y con el documento el ganadero iba al banco y cobraba el daño, que por lo general eran vacas que se despeñaban o que habían causado un daño a un tercero.

Sería muy interesante que las Aseguradoras dispusieran de un servicio de liquidador de averias.Valorar los daños y pagarlos in situ. Pero no solo en el caso del ganado. Porque no puede ser que en un daño por agua, el daño sea un techo en el que el arreglo y pintarlo cuesten 300 euros. En ese momento, hay asegurados o afectados que les ofreces los 300 euros y serían ellos quien arreglaran la avería o una persona cercana. Con este procedimiento las Aseguradoras cerrarían el siniestro y no tendrían ni reclamaciones de los trabajos mal acabados ni llamadas de teléfono del tipo «cuándo llegan los gremios» ni el sin fin de horas que ocupa un post siniestro.

No entendemos como un negocio que es financiero como es el negocio asegurador no utiliza o activa la figura de liquidador de averías.

 

*INFORMACIÓN RELACIONADA: Un barco de pasajeros colisiona con una grúa de carga en el puerto de Barcelona (1 nov 2018)

Según las autoridades, un ferry de pasajeros colisionó con una grúa de carga en el puerto de Barcelona, provocando un incendio. Grandi Navi Veloci, la compañía italiana propietaria del ferry, declaró que el incidente fue causado por los fuertes vientos y corrientes marinas que impidieron que el barco fuera amarrado y lo empujaron contra la grúa.

 

 

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